Nuestro pequeño país está surcado por antiguos palacetes nobles: elegantes construcciones que en otro tiempo respiraban vida, donde los residentes hacían planes de futuro sin anticipar que vendrían tiempos de olvido y ruina, con maleza que ocuparía sus antiguas bibliotecas. De las centenas de casas nobles de la época moderna en Besarabia, solo unas pocas docenas han sobrevivido a tiempos difíciles, cuando se buscaba desesperadamente borrar cualquier rastro de la nobleza besarábica.
Edificio cerca de la mansión. Foto de : Elena Scobioală
Esta historia también es aplicable al
palacete Balioz en Ivancea: una hermosa finca rodeada de un parque, como era
costumbre en otros tiempos. Muchos de nosotros tenemos conocimiento vago de la
existencia de esta casa noble, pero pocos conocemos su historia, su importancia
para la comunidad y los destinos ligados a este lugar.
Ivancea ha sido durante mucho tiempo una
localidad ligada a los intereses de muchos nobles. Esta propiedad fue otorgada
por primera vez al voivoda Nicoară Donici por el Voivoda Ieremia Movilă
(principios del siglo XVIII), y este a su vez la cedió a otros parientes de la
antigua y rica familia Donici. Tras el fallecimiento del último propietario de
esta propiedad, Deonis Donici, apareció en Ivancea una nueva familia noble que
ocupó el lugar de los antiguos terratenientes (año 1825). Se trataba del
armenio Carabet Arakelian Balioz, cuñado del famoso bey armenio Manuc, que se
había establecido en Hâncești. Carabet estaba casado con la hermana de Manuc,
que lamentablemente falleció antes de comenzar la construcción del palacete en
Ivancea. En esa época, en Besarabia había muchas familias de armenios que
establecían lazos familiares entre sí y proporcionaban al aparato estatal
consejeros, secretarios, escribanos o comerciantes que buscaban consolidar su
red de socios con personas de su misma comunidad. Así que este armenio, que se
había convertido en cuñado de Manuc-Bey y administrador de su fortuna, se
estableció junto con su familia en Ivancea, comprando inicialmente 3,5
hectáreas de tierra al boyardo Deonis Donici.
Las obras en el palacete comenzaron en 1852 y
se terminaron 21 años después, en 1873. Carabet Balioz trajo para este
propósito trabajadores de Ucrania, que construyeron un edificio de dos niveles
con escaleras altas en la entrada, un espacioso balcón en el piso superior,
columnas y ventanas altas. Junto al palacete, a su izquierda, se construyó una
casa para los huéspedes y otra para los sirvientes y empleados. Estos edificios
formaban parte de la llamada "Corte blanca", que estaba delimitada
por una cerca de piedra de otra corte donde se encontraban un molino, un pozo
de agua, una herrería, graneros, bodegas y establos. Estos anexos aseguraban el
suministro de todo lo necesario tanto para la corte noble como para los
habitantes del pueblo de Ivancea.
Todo el complejo noble estaba rodeado por un
parque de 7 hectáreas, donde se plantaron castaños, abetos, tilos y algunas
especies de plantas exóticas. La entrada principal al parque estaba custodiada
por una hermosa puerta de metal, y desde esta hasta el palacete se disponía un
paseo de castaño de Indias. El parque fue planificado con atención y cuidado,
lo que indicaba un gusto refinado: bustos y estatuas, fuentes, senderos en espiral
y barandillas de metal. La estructura del parque también incluía un huerto
formado por variedades antiguas de árboles frutales de Besarabia de esa época:
manzanos, cerezos, nogales, durazneros, árboles que hoy en día,
lamentablemente, se han secado o han desaparecido por completo. En sus
memorias, el famoso político Alexandru Usatiuc-Bulgăr, nacido en Ivancea en
1915, escribió: "todo en esta finca noble, desde los edificios hasta las
plantaciones, estaba hecho y dispuesto con un gusto excepcional, en un estilo
civilizado. Con la madurez del huerto y del parque, formado por árboles,
arbustos ornamentales, como rosales, plantas trepadoras y muchas, muchas flores
de diferentes colores, el palacete noble con sus piscinas frente a él se
convirtió en un rincón del paraíso. Hoy en día, de lo que fue en otro tiempo,
casi no queda nada. El antiguo huerto ya no se conserva, han desaparecido los
arbustos que florecían todo el año, las especies de plantas trepadoras. Solo
podemos imaginar la antigua belleza que dominaba estos lugares".
Una dintre aleile parcului moşieresc de la Ivancea. Foto: Elena Scobioală
Sobre el dueño de esta hermosa propiedad,
Carabet Balioz, la historia guarda silencio, porque no se sabe cómo vivió su
vida ni cuándo falleció. La propiedad fue transmitida a los hijos de Balioz,
quienes vendieron toda la fortuna en 1913 al boyardo Bogdasarov (otro armenio).
Este cuidó el parque y el huerto y renovó en partes los edificios, dejando como
legado a sus hijas 300 desyatinas de tierra. En 1940, cuando el ejército
soviético ocupó Besarabia, las hijas se refugiaron en Bucarest, dejando atrás
sus propiedades. Durante la época soviética, la corte noble de Ivancea, junto
con el parque, quedó bajo la jurisdicción del Ministerio de Salud, que la
utilizó como hospital militar y luego como baño público. Parte de la fortuna
del noble fue robada y desmontada por los lugareños. En 1979, el palacete y
otros objetos de la corte noble pasaron al cuidado del Ministerio de Cultura, y
en 1984 el complejo se transformó en el Museo de las Artes y Oficios Populares,
una filial del Museo Nacional de Etnografía e Historia Natural. En ese mismo
año comenzaron las obras de restauración del palacete, que quedaron suspendidas
durante varias décadas. Petru Tarhon, autor del libro 'Los antiguos parques
nobles de Besarabia', menciona que "... en los últimos 70 años han
desaparecido las piscinas y las estatuas de mármol blanco, la floricultura, las
plantas trepadoras, la limpieza y el lujo de antaño".
El proceso de restauración del parque, que comenzó hace tantos años, fue sumamente arduo debido a numerosos litigios y contratos de arrendamiento que envolvían la antigua propiedad como una tela de araña. Mientras tanto, casi todas las dependencias del palacete llegaron a un estado avanzado de deterioro. Recientemente, la construcción ha sido renovada por fuera, pero las cosas se detuvieron en esta etapa porque un antiguo contrato de arrendamiento no había sido honrado por una de las partes. Debido a los problemas financieros relacionados con este contrato, el palacete Balioz sigue cerrado en la actualidad y está ausente del circuito turístico del Viejo Orhei. El director del Museo Nacional de Etnografía e Historia Natural, bajo cuya jurisdicción se encuentra el palacete Balioz, afirma que la institución no dispone de los recursos financieros necesarios para la renovación total de este complejo arquitectónico, pero el personal administrativo se esfuerza por mantener y preservar el famoso palacete de Ivancea intacto. "Hasta finales de año, planeamos organizar aquí una exposición de fotografías y documentos relacionados con el parque y el palacete Balioz", anunció el señor Petru Vicol, director del Museo Nacional de Etnografía e Historia Natural, quien cree que eventos de este tipo pueden revivir el pasado histórico y recrear el ambiente social del final del siglo XIX.
La fuente: natura.md.
La traducción: Ecaterina Beșleagă Grosu
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