miercuri, 2 iunie 2021

¿Cómo intentaron los rusos recuperar Besarabia en 1919? El caso del „rebelión” en la ciudad Tighina

En las condiciones en las que votó el Consejo Nacional de Chisinau, el 27 de marzo / 9 de abril de 1918, la declaración de Unión de Besarabia con Rumania, en todo el territorio del antiguo gobierno ruso se instaló el ejército y la administración rumanos. Este acontecimiento, si bien supuso una relativa minimización de la anarquía de 1917, generada por la Revolución Rusa, condujo al mismo tiempo al surgimiento de grupos radicales de bolcheviques. Presente en toda la región y con el apoyo del gobierno de Petrogrado, que quería recuperar la antigua provincia, su actividad provocó numerosos enfrentamientos con las fuerzas del orden y, en algunos casos, sirvió incluso como pretexto para la intervención del ejército rumano.

La fuente: wikipedia.org


Un ejemplo de ello fue la ciudad de Tighina, que entre 1918 y 1919 se convirtió en la sede de importantes regimientos y brigadas de guardias fronterizos, especialmente porque la ciudad era un paso fronterizo. De abril a mayo de 1919, la situación en la región se volvió cada vez más tensa, ya que las fuerzas rumanas y francesas se vieron obligadas a tomar represalias tanto contra los ataques de la Hungría bolchevique como contra las incursiones del Ejército Rojo estacionado en Ucrania.


La recuperación de Besarabia, ¿una prioridad para la Rusia soviética?

También durante este período, los grupos de activistas comunistas implementarán una serie de desafíos contra las fuerzas del orden, que deberán recurrir a una serie de represalias para restablecer la ley y el orden. El objetivo era desacreditar al ejército y la administración rumanos a los ojos de la comunidad internacional y proporcionar un pretexto para la intervención del Ejército Rojo en la zona.


La recuperación de Besarabia fue, por tanto, una prioridad en la agenda de los líderes comunistas, ya que la región sirvió de cabeza de puente para una posible intervención en los Balcanes. En este sentido, el 1 de mayo de 1919, Cristian Racovksi, el líder de la Ucrania bolchevique, dirigió un ultimátum a Rumania, solicitando la evacuación del ejército y la administración en un plazo de 3 días. Sin embargo, la ofensiva del Ejército Blanco contra los bolcheviques retrasó estos planes.


En este contexto, también se incluyen los hechos ocurridos del 26 al 28 de mayo de 1919 en Tighina. Aunque la recuperación del anterior gobierno ya no era una prioridad en el contexto de la Guerra Civil Rusa entrando en una fase cada vez más intensa, los líderes comunistas en Besarabia consideraron necesario iniciar acciones que permitieran la entrada del Ejército Rojo en la región.


En este sentido, las tropas bolcheviques de los regimientos del Ejército Rojo apostadas en la margen izquierda del Dniéster, atacaron Tighina la noche del 26 al 27 de mayo de 1919. A las 3.30 de la madrugada, aprovechando la negligencia de los aliados franceses, unos doscientos soldados bolcheviques cruzaron el Dniéster en barco y entraron en la localidad. Junto a ellos, 60 soldados franceses confraternizaron con las tropas bolcheviques y abandonaron sus puestos de control.


Aprovechando la falta de fuerzas militares en la localidad, los invasores pronto se apoderaron del ferrocarril, la oficina de correos y el telégrafo. Algunos trabajadores ferroviarios y residentes incluso confraternizaron con los atacantes. Sin embargo, la „aventura” de los sovieticos a través del Dniéster fue detenida por la intervención de varios regimientos del ejército rumano, que entraron en la ciudad en la tarde del mismo día, expulsando a los invasores a través del Dniéster.


En los días siguientes, las tropas aliadas rumanas y francesas lanzaron una contraofensiva, bombardeando Tiraspol y destruyendo la estación de tren local.


Levantamiento para algunos, lucha heroica para otros

Estos hechos han generado un debate entre historiadores, siendo su interpretación significativa según el régimen que controlaba la región. Por ejemplo, historiadores rumanos y occidentales consideraron que el evento habría sido una acción militar soviética llevada a cabo con la participación de algunos lugareños. La calificación otorgada a este evento varía de „levantamiento” a „revuelta” o incluso „incursión militar”.


En el caso de los historiadores soviéticos, la interpretación de los hechos partió de que el protagonismo correspondía a los lugareños, aunque los documentos de la época dan fe de otro hecho. De hecho, durante el período soviético, 50 años después de estos hechos, en 1969 se instaló un monumento en memoria de esos hechos, un monumento que los describe como „una página gloriosa de la heroica lucha de la Besarabia trabajadora”, versión mantenida hasta la actualidad, en la región de la margen izquierda del Dniéster.

La fuente: agora.md 

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