duminică, 10 martie 2019

A las puertas de la ciudad de Chisinau, un ejemplo antiguo de la arquitectura popular

No importante si son catedrales de las ciudades o iglesias pequeñas de los pueblos, Moldavia es, seguramente, llena de edificios sagrados, a veces verdaderas perlas de la arquitectura popular, como en el caso de las iglesias de madera, dónde se puede respirar la historia y la tradición auténtica de este pequeño país.

Pasando de las puertas de la ciudad de Chişinău, en el camino al aeropuerto, se puede observar un importante destino turistico, una iglesia nombrada La Iglesia vieja de madera, „La Virgen María Adormida”: es un testimonio significativo de la sagrada arquitectura, con una historia curiosa y ciertas detallas importantes, situada en un parque, conservada como una joya, cerca del lago, que forma parte del „Museo del Pueblo”.

Una arquitectura popular auténtica, realizada en hecho enteramente de madera, fue construida en 1642 por artesanos calificados del pueblo Hiriseni, cerca del monasterio Hârjauca, utilizando madera de roble del bosque del districto Calarasi. 

En el año 1821 fue transferada a la municipalidad del pueblo Hiristeni, el districto Telenesti, utilizada de los habitantes hasta el año 1928, cuando la comunidad empezó a construir otra iglesia de piedra. La iglesia continuó ser utilisada durante mucho tiempo mas, pero como una capilla en el cementerio.

Al inicio del sieglo XXI, la iglesia estaba en una condición deplorable, con el techo derrumbado casi destruida completamente. Después de muchos años de negociaciones, la comunidad local decidió cambiar del sitio en el territorio del „Museo del Pueblo” de Chisinau, dónde imediatamente empezaron los trabajos de restauración.

La restauración de la iglesia fue realizada bajo de la proteción del Museo Nacional de Etnografía e Historia Natural de Ministerio de la Cultura y de la Academia de Ciencias de Moldavia.

La restauración fue realizada por un equipo de restauradores bajo la dirección de Eugen Bâzgu y Sergiu Vornicov, los arquitectos que fueron delegados para la preservación de los materiales originales y el aspecto del edificio. La reconstrucción de la iglesia, aflojada por la débil resistencia de las vigas y los paneles, duró dos años: según los principios de la restauración, fue posible mantener la mayoría de las paredes principales y el iconostasio. Hoy, por el exterior se pueden ver las vigas antiguas, resaltadas con números, para mantenerlas de acuerdo con el orden de su eliminación y ensamblarlas en el nuevo lugar.

Estos templos de madera son verdaderos milagros de la ingeniería del siglo XVII: su construcción se realiza sin el uso de clavos. De hecho, el clave es un símbolo de la crucifixión de Cristo. Por eso, los ejes se mantienen unidos por un sistema de articulación complejo e ingenioso, que a su vez se convierte en una metáfora del sacrificio, la penitenciaría y el sacrificio total.

Altos, finas, con campanas rafinas en el extremo occidental de la construcción, estos monumentos son hermosos íconos, espejos del pasado.

Más allá de la armonía de las proporciones y la belleza arquitectónica, los elementos característicos de estos lugares de culto están cubiertos con inscripciones, y el interior decorado con pinturas de madera, que representan historias bíblicas, hechas con generosidad marcada. Colores, detalles y matices. En general, el piso están cubiertos con alfombras viejas moldavas, algunas tienen más de cien años, como las de esta estructura, traídas del pueblo de Valcinet, el districto Calarasi.

Esta iglesia está construida al estilo moldavo del tipo nortico y se acerca a la tradición de las iglesias al norte de Moldavia o Bucovina, una vez territorios de Moldavia.

Otros fotos se pueden ver aqui.

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