luni, 18 iunie 2018

Teresa Morán: „Me llama la atención también la cultura del vino que hay en el país. Desconocía que Moldavia tuviera vinos de alta calidad y eso me ha sorprendido gratamente”


Teresa Morán es de España y tiene 26 años. Hizo dos años de voluntariado en Chisinau en el Centro de Periodismo. Actualmente vive en el Reino Unido y tiene una maestría en Periodismo Internacional en la Universidad de Cardiff. Para la tesis de maestría decidió hacer un documental sobre las escuelas con la enseñanza en rumano de Transnistria. Su pasión por Moldavia la ha llevado a aprender rumano y aprender tanto como sea posible sobre nuestro país. Teresa espera volver con nosotros lo antes posible.


¿Cómo decidiste venir a Moldavia y qué sabías de nuestro país?
Mi primera visita a Moldavia fue en julio de 2015 gracias a un voluntariado que hice durante un año. Siendo sincera, no sabía casi nada del país, solo que estaba en el Este de Europa, haciendo frontera con Rumanía… y sabía que en España hay mucha inmigración moldava. Quizás, el hecho de no saber casi nada del país, hizo que me sorprendiera cada detalle de este: lo pequeño y verde que es, la gastronomía, incluyendo el vino, las diferencias culturales, etc.

¿Qué llamó tu atención sobre Chisinau, la capital de Moldavia?
Lo que más me llamó la atención de la ciudad fue lo verde que es. Está llena de bosques, parques y lagos donde pasear y descansar. También me llamó la atención los trolleybuses, pero sobre todo los minibuses. Nunca había presenciado nada igual. Son caóticos, pero a la vez funcionan muy bien y son muy eficientes y rápidos para llegar a cualquier punto de la ciudad. También me sorprende que la ciudad cada vez es más moderna, pero, sin embargo, conserva muchas calles sin asfaltar, siendo todavía una ciudad un poco rural. 

¿Qué lugares visitaste?
La Torre del Agua en Chisinau, que se encuentra junto a la Universidad. Ofrece una de las mejores vistas de la ciudad al subir a la última planta.Además, enfrente, se encuentra la entrada al parque de Valea Morilor, donde es agradable pasear o descansar, incluso hay bañistas en una especie de playa improvisada. Totalmente recomendable para observar un atardecer.
La estación de tren de Chisinau es muy bonita y, además, justo se encuentra el mercado de Gara donde se pueden encontrar auténticas gangas a muy buen precio. Caminando por esas calles puedes encontrar el Hotel Cosmos, un gran ejemplo de arquitectura soviética que forma parte de la autenticidad de la ciudad.

¿Qué piensas de la arquitectura de la ciudad? ¿Por qué necesitaría Chisinau?
La arquitectura de la ciudad es muy diferente en comparación con otras capitales europeas. En Chisinau me sorprendió encontrar muchos bloques de hormigón y resquicios de la arquitectura soviética.  La ciudad necesita que se restauren edificios del centro. En ocasiones la ciudad resulta un poco gris, pero gracias a la cantidad de parques que posee, la convierte en una ciudad agradable. 

Eres oriundo de Madrid. Cuéntanos qué ejemplos debe tomar Chisinau de Madrid y viceversa.
Chisinau como capital debe mejorar el asfaltado de sus calles y acondicionar el tráfico de coches de la ciudad. Para ello tiene que mejorar su red de transporte de trolleybuses y, poco a poco, abandonar el sistema de microbús que se encuentra obsoleto. Madrid debería tomar ejemplo de Chisinau por ejemplo en materia de trolleybuses y apostar por ellos como un medio no dañino para el medio ambiente.
¿Qué te gustó aquí: comida, lugares, lugares, personas?
La gastronomía moldava me encanta. Las verduras son fresquísimas y hay ciertos platos como la placinta que son exquisitos. Es mi segunda vez visitando Moldavia y echaba muchísimo de menos degustar coltunasi o clatite. La gente, salvo contadas excepciones, es siempre amable y ayuda con una sonrisa, más cuando tratas de hablar en la lengua local, lo cual agradecen mucho. El rumano es un idioma que me resulta muy melodioso y que espero seguir aprendiendo en el futuro.
¿Qué cosas o lugares que te gustaron atrajeron tu atención?
Me llama la atención el bilingüismo de la población: la mayoría de la gente habla con fluidez tanto la lengua oficial, el rumano, como el ruso, dos idiomas muy diferentes. Asimismo, hay minorías ucranianas y turcas, lo que hace de Moldavia un país culturalmente muy interesante.
Me llama la atención también la cultura del vino que hay en el país. Desconocía que Moldavia tuviera vinos de alta calidad y eso me ha sorprendido gratamente.

¿Te gustaría regresar a Moldavia y por qué?
Me gustaría regresar a Moldavia porque me parece un país pequeño donde es fácil viajar a cualquier punto. Está haciendo frontera con Rumanía y Ucrania lo cual hace que sea muy interesante para continuar viajando. Además, es un destino económico para los turistas.
¿Qué deberían saber los españoles sobre Moldavia antes de venir aquí?
Que tengan cuidado con los taxistas, sobre todo viniendo desde el Aeropuerto, ya que intentan siempre inflar los precios viendo que eres turista. Es un país que, por desgracia, no está del todo acostumbrado al turismo, pero poco a poco eso va cambiando.

¿Pero recomendarías Moldavia como un destino turístico para tus amigos españoles?
Sí, ya que los moldavos tienen un carácter abierto y sociable, a veces de primeras un poco frío, pero son personas muy hospitalarias. También lo recomiendo porque es un destino económico donde es posible comer en un buen restaurante por tan solo 5 euros. Además, Moldavia dispone de buen vino, siendo posible visitar Cricova o Milestii Mici, que constituye la bodega más grande del mundo. 

Versiunea română poate fi citită aici.

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